En la Edad Media, y, más precisamente, en el siglo XIII, “Mas Solers” era el hogar de monjes Agustinos, que se dedicaban al cultivo de la viña y a la elaboración del vino.
Muchos años después, Finca Mas Solers se transformó en el Gran Casino de Barcelona en 1977.
Por último se convirtió a principios del siglo XXI en uno de los lugares favoritos para la celebración de eventos.
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